ESTRENO: «Magic Mike»

ESTRENO: «Magic Mike»

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MacConaughey y Tatum, en una de las pocas escenas en que llevan camisa puesta.

Me apena que «Magic Mike», la última película de Steven Soderbergh, no haya sido estrenada a tiempo para ganarse un espacio en mi lista de las mejores películas del año. Puede leer mi reseña en la revista DOMINGO del diario LA PRENSA. Es una película francamente exótica, no solo por su intención de retratar con seriedad el mundillo de los strippers masculinos, si también porque representa una especie de película abandonada por los grandes estudios de Hollyood: la comedia adulta, entendiendo como «adultos» los intereses que van mas allá de la escatología, el consumo de sustancias y la misogonía (Si, «Que pasó Ayer?», estoy hablando de vos).

El marketing de la película sugiere una celebración morbosa del físico masculino, pero la agenda de Soderbergh es mas compleja. Soderbergh hace un corte transversal en el espectáculo de poca monta para revelar los engranajes del negocio. Channing Tatum y sus compañeros de reparto se pasean semidesnudos la mayor parte del metraje, pero lo que queda al descubierto es la futilidad de sus sueños de movilidad economica.

Venga para ver los abdominales, quédese para la excoriación del capitalismo. El director esta del lado del proletario. Mike trabaja de día en construcción, mantenimiento de piscina, básicamente lo que salga. De noche, es «Magic Mike», estrella que encabeza la revista de stripping masculino administrada por Dallas (Matthew McConaughey), un jefe que no está por encima de ponerse una tanga de barras y estrellas y cerrar el show con un número de exposición total.

Mike atesora vagos planes de monetizar su hobby de diseñar muebles con objetos de desecho. Quiere convertir la basura en oro, en mas de un sentido. Hay otra olla de oro al final del arcoiris. O más bien, un supuesto club en Miami Beach que Dallas aspira a comprar, y en el cual Mike sería socio. «Sería» es la palabra clave. Otro elemento aspiracional se manifiesta en su relación con Joanna (Olivia Munn), una estudiante de maestría en psicología que supuestamente frecuenta el mundo de Mike en busca de sujetos de estudio para su tesis. Sin embargo, la burguesa bisexual pasa mas tiempo armando trios con Mike que estudiando la conducta del ser humano. El proletario no tiene futuro alguno con ella. La relación es sólo otra distracción mas que alimenta el sueño de movilidad económica y social.

La futilidad de sus esfuerzos se hace patente a lo largo de la película. Peor aún, el único capital real que posee – su cuerpo, su apariencia física – tiene fecha de expiración. La aparición del adolescente Adam (Alex Pettyfer), un bala perdida al cual cubre con sus alas, hace sonar la alarma. Si Mike no se apresura, terminará como el patético Tarzan (Kevin Nash) que redondea el cuerpo de baile, un cincuentón grueso que debe usar un vendaje en la rodilla para ejcutar lastimosamente los números de baile.

El único capital genuino que Mike posee es su cuerpo. En ese sentido, es como Chelsea, en «The Girlfriend Experience», película previa del director estrenada en el 2009. El título hace alusión a un servicio especializado de prostitución de alto costo: la mujer participa de la visa social del cliente – van a fiestas, al cine, a cenar – además de ejecutar el acto sexual. No sólo vende sexo, sino también intimidad emocional con periodicidad recurrente. La ilusión de tener una novia, para millonarios sin tiempo para una relación verdadera.

Al igual que Mike, Chelsea aspira a superarse económicamente. Trabaja en el diseño de un website propio, consulta asesores de imagen, y en un episodio particularmente humillante, se somete a los trucos de un «erotic connoiseur» – interpretador por el erudito crítico de cine Glenn Kenny -. Todo sea en el nombre de la diversificación, la movilidad económica, el dinero.  Chris (Chris Santos), el novio de Chelsea, también trabaja con el cuerpo. Es entrenador de gimnasio, albergando sus propios sueños emprendedores. Como Chelsea, vendiendo una ilusión que le permite a ella misma jugar a que habita en un mundo de privilegi, Chris se cuela en un fin de semana de placer que sus clientes, corredores de bolsa de Wall Street, se arman en Las Vegas.

Mas experimental que «Magic Mike», «The Girlfriend Experience» posee otra dimensión de significado. Sasha Grey es famosa como actriz de películas pornográficas. Al igual que su personaje, se esta «diversificando» al trabajar en una película de esta naturaleza, con un director del calibre de Soderbergh. Es un debut en el cine «respetable». Pero para Soderbergh, Hollywood es simplemente otra industria, rigiéndose por las mismas reglas.

Mike y Chelsea no tienen chance de alcanzar sus sueños, sólo de albergar ilusiones y verlas desvanecerse. Nunca alcanzarán el nivel de éxito económico al que aspiran porque el sistema no lo permite realmente. ¡Ah! ¡El sistema! Soderbergh critica el capitalismo, o mas bien, las falsas ilusiones que siembra en las personas. Pero esto no se trata sólo de Estados Unidos, o «El Imperio». Los sueños de movilidad económica se tienen en todos lados, de hay viene el culto al empredurismo que impera hoy día. Además, el «socialismo del siglo XXI» funciona como el capitalismo. En el corazón de cada nicaraguense hay una camioneta Toyota. Y para conseguirla, hay gente dispuesta a hacer cosas peores que quitarse la ropa y bailar.

* «Magic Mike» se está proyectando en cines. «The Girlfriend Experience» está disponible en Netflix.

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