CINE FORO: «EXTRATERRESTRE» (Nacho Vigalondo, 2011)

CINE FORO: «EXTRATERRESTRE» (Nacho Vigalondo, 2011)

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El director español Nacho Vigalondo sabe que las limitaciones son la madre de la creatividad. No cuenta con los presupuestos millonarios de los taquillerazos de Hollywood, pero eso no quiere decir que no pueda desatar una invasión extraterrestre sobre Madrid. Pero más que explotar las posibilidades de esta premisa fantástica para someter a su audiencia a secuencias de acción y suspenso, Vigalondo emplea este viejo recurso de la ciencia ficción para empujar a su pequeño núcleo de personajes a una situación límite de corte romántico y ético.

Un hombre y una mujer despiertan después de una noche de sexo sin compromisos. Ni siquiera saben sus nombres, Julio (Julián Villagrán) y Julia (Michelle Jenner). Juntos descubren que durante el profundo sueño post-amoroso, la ciudad ha sido evacuada ante la llegada de un gigantesco platillo volador, flotando sin más señales de vida que sus luces parpadeantes. La pareja apenas procesa la noticia cuando dos hombres irrumpen en el escenario: Carlos (Raúl Cimas), la pareja oficial de Julia que llega para “salvarla”; y Ángel (Carlos Areces), un vecino enamorado de Julia de forma pasiva-agresiva. Unidos por la abstracta amenaza alienígena y confinados en el apartamento, sufren los embates de la indecisión romántica. El chiste subterráneo es que nada de esto importaría, si los extraterrestres fuera de cámara cumplieran el cliché de la ciencia ficción y conquistaran la tierra.

La invasión extraterrestre es apenas la excusa que mantiene unidos a los personajes incluso más allá de lo lógico. Podría haberse hecho una película similar con cualquier otra excusa: una plaga zombie, un desastre ambiental, una hecatombe apocalíptica. Bajo este marco narrativo decorativo, tenemos una comedia de enredos. Julia es el objeto de deseo de tres hombres que por si solos, no son hombres suficientes. Carlos es el macho sobre protector, Julio representa el deseo carnal y Ángel ofrece adoración incuestionable. Ella no puede tener a los tres al mismo tiempo. Entre ellos, el ego y la envidia los lleva a ponerse zancadillas que complican el entuerto amoroso. Julia miente sobre la naturaleza de su relación con Julio para no herir a Carlos. A su vez, Julio confiesa a ángel su relación sexual con Julia con el único fin de hacerlo sufrir. Cuando este reacciona tratando de revelar la verdad ante Carlos, los amantes indiscretos se lanzan a ejecutar una complicada charada sobre la existencia de extraterrestres infiltrados, que detona en el macho alfa peligrosos instintos paranoicos. Y para complicar más el asunto, Julia y Julio se están enamorando de verdad. Quizás.

En una genial imagen-insignia, Vigalondo sintetiza el espíritu de su película. Julio, diseñador gráfico de profesión, calcula el tamaño de la nave dibujando un diagrama que, lado a lado con la imágen de un televisor, reproduce dentro de la sala un virtual modelo a escala del platillo volador. El ingenio artesanal sumado a la creatividad tecnológica crea una ficción convincente. El director plantea una puesta en escena eficiente, y aunque buena parte de las escenas nos mantienen confinados en el apartamento, nunca nos sentimos atrapados por las circunstancias. Juiciosas salidas al exterior refuerzan la ilusión de Madrid como ciudad fantasma.

Pero si el mundo concreto de la película es convincente, su desarrollo dramático es mas problemático. Las motivaciones de los personajes se tuercen más allá de la credibilidad. Aunque el guión apunta a que Julio recupere su decencia, no queda mucha empatía para Ángel. Tome nota de como estos dos personajes encuentran su destino en dos secuencias “mentales”, filmadas en blanco y negro. Son estilísticamente congruentes, pero contrastan en que la de Ángel está basada en el equívoco y la mentira. Al final, la película lo reduce al villano de la pieza, que debe ser escarmentado. Es una decisión dramática válida, pero desentona por su crueldad intrínseca. Más problemático es el manejo de Julia, cuyos motivos se vuelven cada vez más elusivos. Pareciera ser el centro de la película, pero resulta ser sólo un esquivo objeto de deseo, tan vago como la amenaza extraterrestre. Esto es paticularmente frustrante porque Jenner derrocha carisma, y sus grandes ojos atónitos fueron hechos para dominar la pantalla grande. Al final, la película se revela como el viaje de un hombre re-descubriendo su decencia. Los actores asumen sus papeles con fortaleza, y elevan la película sobre los baches del guión. Estos son dolores de crecimiento. Vigalondo es un director a seguir.

* “Extraterrestre” se proyecta este lunes 3 de febrero del 2014 en el CINE FORO del CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA EN NICARAGUA, a las 7:00 pm. Entrada completamente gratis.

 

 

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