Festival de Cine Mudo de Pordenone archivos - Cine Qua Non https://juancarlosampie.com/tag/festival-de-cine-mudo-de-pordenone/ Reflexiones sobre cine y cultura popular, de Juan Carlos Ampié Thu, 07 Oct 2021 16:53:07 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 82536768 «Fool’s Paradise» en Pordenone 2021 https://juancarlosampie.com/fools-paradise-silent-film/ https://juancarlosampie.com/fools-paradise-silent-film/#respond Thu, 07 Oct 2021 16:53:02 +0000 https://juancarlosampie.com/?p=2816 Tras la comedia costumbrista de «An Old Fashioned Boy», el Festival de Cine Silente de Pordenone ofreció «Fool’s Paradise», un melodrama romántico de escala épica. No estaba listo para su magnificencia. Cecil B. DeMille fuera de la biblia Si como yo, usted creció en un país Latinoamericano en los 80 – Nicaragua, en mi caso – existe un buen chance de que asocie el nombre de Cecil B. De Mille con las épicas bíblicas de; Hollywood d mitad de siglo....

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Tras la comedia costumbrista de «An Old Fashioned Boy», el Festival de Cine Silente de Pordenone ofreció «Fool’s Paradise», un melodrama romántico de escala épica. No estaba listo para su magnificencia.

Cecil B. DeMille fuera de la biblia

Si como yo, usted creció en un país Latinoamericano en los 80 – Nicaragua, en mi caso – existe un buen chance de que asocie el nombre de Cecil B. De Mille con las épicas bíblicas de; Hollywood d mitad de siglo. «The Ten Commandments» (1956) y «Samson & Delilah» (1949) eran retransmitidas eternamente en la programación especial de TV en vacaciones de Semana Santa. También podían aparecer en cualquier día del año, en los matinées del cine de tu vecindario.

El tamaño de la película sugería de DeMille era importante. Y su aparición en «Sunset Boulevard» (Billy Wilder, 1950) termina de sellar su leyenda en mi mente infantil. DeMille se interpreta a sí mismo. Es un director de cine trabajando en Hollywood, que se ve confrontado un buen día por Norma Desmond (Gloria Swanson), veterana estrella que ha sucumbido ante el paso del tiempo y la locura. Quiere volver a brillar, reclutarlo para que dirija un proyecto imposible que ella quiere armar para orquestar su regreso a la pantalla. DeMille es amable con ella, pero ya Hollywood la descartó. «¡Estoy lista para mi Close-up, Sr. DeMille!» dice perdida en su propia leyenda, confrontando las cámaras de la prensa sensacionalista.

Retrato de Cecil B. DeMille, director de Fool's Paradise
Cecil B DeMille, listo para su close-up / Foto IMDB

«Fool’s Paradise»: el paraíso de los tontos

¡Vaya que DeMille era importante!…pero no necesariamente por sus épicas piadosas y su política ultraconservadora – fue uno de los que apoyaron la cacería de brujas promovidas por el senador Joseph McCarthy -. En realidad, «Los 10 Mandamientos» era un trabajo crepuscular, literalmente la última película de 90 que dirigió, en una carrera de casi 5 décadas.

El Festival de Cine Silente de Pordenone ha incluido en su programación «Fool’s Paradise» (1921), en afán de ilustrar el trabajo de mujeres guionistas. En este caso, Sada Cowan y Beaulah Marie Dix adaptan una novela de Leonard Merrick. Exponerse en el proceso al genial sentido dramático de DeMille es un beneficio añadido. La película se distribuyó en territorios hispanoparlantes como «El Paraiso de un Iluso».

Poster original de "Fool's Paradise"

Prepárese para sorprenderse. La película está más cerca de una telenovela rocambolesca que de una piadosa dramatización de los evangelios, pero tiene el mismo sentido para crear espectáculo.

Cuadrado amoroso en el Paraiso de Tontos

Un triángulo amoroso sería demasiado fácil. El héroe putativo es Arthur Phepls (Conrad Nigel), un veterano de la I Guerra Mundial que casi pierde la vista en combate. Recuperándose en hospital de campaña en Francia, se enamora de la célebre bailarina Rosa Duchene (Mildred Harris), quien visita caritativamente a los heridos. Arthur tiene temperamento romántico. Sueña con ser poeta. Años después, insiste en escribir versos eternamente rechazados por las editoriales, mientras busca fortuna en los pozos de petróleo del sur de Estados Unidos. Vive en la indigencia en El Paso, Texas, cuando la suerte quiere que Duchene pase en gira internacional.

Conrad Nigel y Dorothy Dalton, protagonistas de Fool's Paradise
Nigel resiste los avances de Dalton en «Fool’s Paradise / Foto: Geroge Eastman Museum

Deslumbrado por la celebridad, nuestro héroe no se da cuenta que el amor verdadero está cerca. Poll Patchouli (Dorothy Dalton) es una cabaretera con el corazón de oro. Una buena noche, Arthur le ayuda a evadir a unos bandidos. Con eso basta, la suerte esta echada para los dos. Pero no será fácil. El cuadrado de amores no correspondidos se completa con el tabernero mafiosillo Roderiguez (John Kosloff) -, quien profesa su devoción por Poll hasta extremos violentos. Tomen nota, «Roderiguez» no es un error de digitación de mi parte. La apropiación de palabras españolas al inglés suele neutralizar sonidos difíciles de producir para los anglo parlantes, como las erres fuertes. Es la misma razón por la cual «bandido» suena como «bandito».

¡La trama se complica!

Suena como mucha trama, y lo es…pero apenas estamos en los primeros minutos. La película tiene suficientes giros y sorpresas como para alimentar una telenovela de 200 capítulos de una hora cada uno, y apenas dura 1 hora y 40 minutos. En sus febriles arrebatos puede identificar descendientes mas sofisticados, como el melodrama almodovariano.

La obra se desarrolla en un teatro provisto con una pista de hielo para patinar, escenarios y vestuario barroco, efectos especiales que simulan el vuelo de la reina y su amante hacia su castillo de hielo y la aparición de un oso negro, vivo y coleando, interactuando con los actores. Lo siento por Charlton Heston. Partir el Mar Rojo esta muy bien, pero esto es definitivamente más divertido.

Dorothy Dalton en un fotograma de "Fool's Paradise".
¡Bésame, estúpido! – Dalton es irresistible como Poll Patchouli / Foto: George Eatsman Museum

Sentido de espectáculo

El sentido del espectáculo, evidente incluso para los niños que conocimos a DeMille a través de «Los 10 Mandamientos», ya estaba bien desarrollado treinta años antes. Numerosas escenas incluyen a decenas de actores y extras. Las calles de El Paso, teatros, bares y cantinas pululan con una multitud de seres humanos de carne y hueso, sugiriendo un mundo de historias alrededor de la trama principal. La locura de la trama contrasta con el afán de afincarla en el mundo real. Por eso, DeMille se molesta en retratar con dos cariñosas tomas a una mujer que llena de tabaco su pipa cerca de Arthur. No es importante para la trama, pero este mundo es más grande que los protagonistas.

Lo popular escala a lo sublime, con la exuberancia expresiva de DeMille. Uno de los giros mas absurdos de la trama da paso a un momento de belleza terrible. Despechada por el rechazo de Arthur, Poll le regala un puro explosivo. Es una broma inocente, con consecuencias trágicas. En las afueras del teatro, antes de la función, Arthur se reencuentra con Rosa. Para celebrar, enciende el puro, que al explotar en su cara, le roba lo que le queda de visión.

El momento es evocado visualmente con la disolvencia de la imagen de una garra animal sobre una toma de perfil en 3/4 de Arthur, a la altura de sus ojos. Es tan hermoso y terrible, que tiene que verlo para creerlo. Le hará lamentas como la disolvencia como recurso expresivo ha caído en desuso en el cine contemporáneo.

Exotismo estilo Holywood

Los embates románticos nos llevan algún lugar de Francia hasta El Paso, a través del mundo mágico de la Reina de la Nievas y finalmente culminando en Siam. Por razones que solo tienen sentido cuando se ve la película, el desenlace tiene lugar en la Tailandia de antaño, donde Arthur disputa la atención de su amado con un legítimo príncipe, en un desafío que involucra un foso lleno de cocodrilos hambrientos. Porque ciertamente, un oso vivo no fue locura suficiente.

El afán por lo exótico que le permitiría reconstruir ideallizadas recreaciones de estampas bíblicas estuvo presente desde el principio. Es curioso ver cómo la condescendencia colonialista se matiza con el paso del tiempo y la evolución de la consciencia. En su gira internacional, Rosa Duchene decide quedarse una temporada en Siam, para estudiar las danzas tradicionales. ¡Es una pionera de la apropiación cultural! Quizás el concepto no figuraba en el radar ético de la época, pero ciertamente, para nosotros, anticipa el giro perverso que el personaje adopta en la recta final.

Mildred Harris y extras en "Fool's Paradise"
Mildred Harris como la bailarina Rosa Duchene, rodeada de coristas ataviadas como siamesas, en
Fool’s Paradise (US 1921) by Cecil B. DeMille
Credit: AMPAS, Margaret Herrick Library, Los Angeles

¿Es «Fool’s Paradise» racista?

El racismo de la época es ineludible. Los principales personajes étnicos – entiéndase, los que no son blancos – son interpretados por actores blancos. Probablemente todos los mexicanos de tez oscura también lo sean, maquillados para la ocasión. Theodore Kosloff interpreta a Roderiguez. Su lugarteniente Manuel es Clarence Burton. El príncipe siamés Talaat-Ni ese John Davidson.

Por muy ofensivo que pueda ser, no debe alejarnos de la exposición a este tipo de representación. Engavetar los productos culturales ofensivos es una manera de negar su existencia, y eso contribuye a dejar que las peores conductas que registran se repitan y perduren. Podemos apreciar las virtudes de «Fools’ Paradise» al mismo tiempo que tomamos medida de cómo esta informada por la ignorancia y los prejuicios de su tiempo.

¿Y donde está «Fool’s Paradise»?

Para mí, es fascinante descubrir cómo convenciones dramáticas que apreciamos en productor contemporáneos tiene un siglo de existir. Perduran porque son efectivas. La acumulación de giros sorpresivos en «Fool’s Paradise» quita el aliento. ¿Cuántos espectadores contemporáneos podrían disfrutar de este material, si tan solo lograran superar las barreras del gusto y lo familiar?

La verdad, no hay ajustar mucho la sensibilidad. La película es hermosa, y violentamente entretenida. Cualquier prejuicio que alguien tenga sobre la actuación silente, se cae a pedazos ante el trabajo de Dorothy Dalton, como la atribulada Poll. Es una pena que la ventana de acceso del Festival de Pordenone sea tan breve. Espero pronto se edite un Blu Ray de esta restauración de la Librería del Congreso de Estados Unidos. La próxima vez que quiera convencer a alguna amista sobre cuan entretenido y maravilloso puede ser el cine silente, quisiera poder ponerle esta película.

tarjeta de lobby original de "Fool's Paradise"

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«An Old Fashioned Boy» en Pordenone 2021 https://juancarlosampie.com/festival-de-cine-mudo-de-pordenone-2021-an-old-fashioned-boy/ https://juancarlosampie.com/festival-de-cine-mudo-de-pordenone-2021-an-old-fashioned-boy/#respond Wed, 06 Oct 2021 02:37:18 +0000 https://juancarlosampie.com/?p=2806 «An Old Fashioned Boy» es mi primer descubriemiento en el Festival de Cine Mudo de Pordenone. Llego 39 años y dos días tarde al evento cumbre del cine silente, que se fundó en 1982. Desde entonces, esta provincia en el noreste de Italia se ha convertido en lugar de peregrinación para los amantes del cine. Existe una emoción intensa y particular, en atestiguar como un arte nace y toma forma. Esta no debería de ser una provincia para los fanáticos....

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«An Old Fashioned Boy» es mi primer descubriemiento en el Festival de Cine Mudo de Pordenone. Llego 39 años y dos días tarde al evento cumbre del cine silente, que se fundó en 1982. Desde entonces, esta provincia en el noreste de Italia se ha convertido en lugar de peregrinación para los amantes del cine.

Existe una emoción intensa y particular, en atestiguar como un arte nace y toma forma. Esta no debería de ser una provincia para los fanáticos. El afán de consumir lo nuevo nos priva de la riqueza del pasado. Cualquier prejuicio que pueda tener sobre el cine mudo se caerá, destrozado a pedazos, si logra ver suficientes películas.

Confieso que no he visto todas las que debería. No he visto todas las que quisiera. Pero nunca es tarde para ponerse al día. El espectador contemporáneo tendrá que abonar su complicidad, pero será recompensado con creces. Acompáñenme en este blog, donde compartiré mis impresiones sobre las películas que los sabios programadores del Festival ponen a disposición de la audiencia en línea. Y si quieren sumarse, bien pueden suscribirse. Los pases virtuales funcionan en cualquier lugar del mundo. Para más información, visiten la página oficial del Festival de Cine Mudo de Pordenone.

Presentando a Thomas Ince, productor de «An Old Fashioned Boy»

Esta comedia fue producida por Thomas Ince para los estudios Paramount, estrenada en 1920. La película llega al festival por cortesía del archivo fílmico de la Universidad de Los Ángeles, que digitalizó su copia de 16 mm. Ince fue uno de los productores más prolíficos de la época, y algunos lo consideran el padre del filme de vaquero. Lamentablemente, hoy día es más recordado por el escándalo que rodeo su muerte. Oficialmente, murió de un infarto durante un viaje de placer en un yate perteneciente al magnate de prensa, William Randolph Hearts. Los rumores sugieren que fue víctima colateral de un ataque de celos de Hearts en contra de su pareja, la actriz Marion Davis. El millonario perdió el control al creer que Charlie Chaplin y Marion tenían un affair frente a sus propias narices.

Si. El hombre que inspiró «Citizen Kane» tiene también este escándalo en su récord. Si quiere saber más sobre esta historia, Peter Bogdanovich dirigió una película sobre el caso. En «The Cat’s Meow» (2001), Cary Elwes interpreta a Ince, y Kirsten Dunsst a Marion Davies. Pero recuerde, ¡es ficción!

«The Cat’s Meow» (Peter Bogndanovich, 2001)

«An Old Fashioned Boy»: un muchacho chapado a la antigua

Pero estamos divagando…es lo que suele pasar cuando hay tanta historia asociada a una película. Es fácil perderse en tangentes fascinantes.

«An Old Fashioned Boy» es una comedia costumbrista. David Warrington (Charles Ray) es el titular muchacho chapado a la antigua. Esta enamorado de Betty Grey (Ethel Shannon), una joven moderna e independiente. David está listo para pedir su mano en matrimonio, y en un error de cálculo, planea sorprenderla con la casa de sus sueños. De los sueños de él, en realidad. En una charada elaborada, el mismo día que pide su mano, la lleva a la casa «de un amigo», para preguntarle su opinión sobre la decoración y los muebles. En realidad, es la casa que él mismo ha construido, con la intención de vivir ahí, con Betty, una vez que se hayan casado.

La joven se muestra ofendida ante la seguridad del pretendiente, que construyó una casa entera, sin dudar que ella podía responder negativamente a la propuesta. O siquiera pensar que ella podría tener sus propias opiniones sobre como y donde le gustaría vivir. Betty abandona intempestivamente el lugar, y el resto de la película se convierte en una comedia de enredos, mediante los cuales David trata de recuperar al amor de su vida. Además de los arrebatos de independencia, opera en su contra la presencia de Freddie (Hallan Colley), un vecino que va «jazzeando por la vida», según los informativos intertitulos.

Still de "An Old Fashioned Boy"
Virginia Brown, Charles Ray, Frankie Lee, Gloria Joy
An Old Fashioned Boy (US 1920) de Jerome Storm
Credito: AMPAS – Margaret Herrick Library, Los Angeles

El «problema social» del momento

El conflicto entre los enamorados cristaliza un fenómeno social del momento. Las expectativas tradicionales chocaban contra las aspiraciones de las mujeres jóvenes que empezaban a disfrutar más independencia, y aspiraban a algo más que ser una ama de casa tradicional.

La fuente de problemas en «An Old Fashioned Boy» es la moda de vivir en «hoteles de apartamentos». Esta nueva modalidad de alojamiento permitia que las labores domésticas fueran delegadas a empleados, de tal manera que las esposas no tenían que preocuparse por cocinar y limpiar. El inserto de una noticia en periódico nos informa que los hoteles de apartamento y los perros contribuyen al incremento de divorcios. El chiste sugiere que al tener un perro, las mujeres se desentienden de la «obligación» de procrear descendencia para su marido. Y si, además de expresar que prefería vivir en un apartamento, Betty va a todos lados con su perrito.

En el universo moral de la película, los hoteles de apartamentos son tan malos, que no permiten la entrada de niños. Tanto así descubrimos cuando Sybill (Grace Morse), amiga de David, deja a su cuido a sus tres niños. Después de una épica pelea con su esposo, se va a casa de su madre. Ella vive en un hotel de apartamentos donde no se admiten a los pequeños angelitos.

¡Que reaccionario!

O quizás no. El discurso de la película está decididamente del lado del protagonista, pero hay ciertas areas grises que matizan el argumento.

Sybill y su esposo Herbert (Wade Boteler) son amigos íntimos de David, y funcionan como un espejo que muestra el lado oscuro del matrimonio ideal. Él es irascible y caricaturescamente brusco. La pelea que los lleva a la intempestiva separación comienza cuando Sybill elogia el sombrero que Betty lleva. David comenta que ciertamente, no sería muy difícil para Herbert complacer a su esposa comprándole un sombrero de moda. Con eso basta para que a pareja se declare la guerra.

Si el matrimonio es un campo minado, la paternidad también lo es. David es cariñoso con los niños de Herbert y Sybill, pero su actitud cambia cuando la madre impone su presencia, depositándolos sin previo aviso en su casa ideal. Violet (Gloria Joy), Herbie (Frankie Lee) y un bebé sin nombre (Virginia Brown), son agentes de desorden y anarquía, que convierten el sueño doméstico del hombre en una pesadilla. El malogrado intento de cocinar melcocha para distraer a los niños se convierte en una extensa y efectiva secuencia de comedia física.

Al desbancar la supuesta perfección de los mitos domésticos en su desarrollo dramático, «An Old Fashioned Boy» admite que el ideal reaccionario que promueve esta lejos de ser perfecto.

¿Un final feliz?

Pero claro, al final, el orden debe ser restaurado. En un elaborado plan ejecutado con la complicidad del padre de Betty, David simula que los niños están enfermos de viruela, y que deben guardar cuarentena. La novia renuente es entrampada para cuidar de los niños. En tiempos de epidemia, el padre, por su profesión de médico, puede ordenarle quedarse ahí – la alusión a una epidemia es accidental, pero refuerza la identificación con el predicamento de los personajes.

Como buena comedia de enredos, las complicaciones escalan de tal manera que retan cada vez mas la manera en que el protagonista se ve a sí mismo y a su pareja. El final puede sentirse abrupto, pero quizás esta sensación se presenta por como han evolucionado las convenciones dramáticas. Vivimos en una era en que las películas símplemente no terminan nunca.

MVP: la bebé Virginia

Parte de la diversión de ver cine antiguo reside en descubrir como han cambiado las actitudes de la sociedad, sea en el curso de la trama o en la mecánica del cine. «An Old Fashioned Boy» puede ser alarmante para sensibilidades modernas, si observa cuidadosamente el tratamiento a la actriz infantil Virginia Brown. La bebé llora en todas y cada una de sus escenas. Casi que puede escucharla, aunque no existían micrófonos que registraran sus alaridos. Así de expresiva es su cara.

Dudo que en 1920 exisitieran protocolos sobre tratamiento de menores de edad en estudios de grabación. El abandono con que los actores se pasan al bebé, o lo depositan sin mayor ceremonia en camas y sofas puede ser alarmante. Y con el efecto de acumulación, termina siendo jocoso, de la misma manera que una comedia negra es jocosa. La incredulidad da paso a la risa incómoda. Es tan diferente a la actitud moderna. Hasta el rudo Clint Eastwood arriesgó el ridículo por usar un muñeco de plástico en escenas inocuas de «American Sniper» (2014).

Pero claro, la gente cree que el cine silente es más inocente que el contemporáneo. Otro de los prejuicios condescendientes que se van por la borda cuando uno realmente tiene chance de ver cine antiguo con ojos nuevos.

Poster de "An Old Fashioned Boy"
Publicidad original de «An Old Fashioned Boy»

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